jueves, 15 de enero de 2015

Palabras perdidas- Capítulo 2: Momentos de esperanza Parte I


Muy buenas lectorees!!
¡Ya estoy de nuevo aquí! y con muchas ganas <3
Hoy os traigo el segundo capítulo de "Palabras perdidas", (bueno en realidad la Primera Parte jajaja)
La verdad no quería hacerlo tan largo, pero escribiendo y escribiendo surgió y la verdad es que me encanta. Por eso he decidido dividirlo en dos partes.

Antes de que comenzáis a leerlo,  he de deciros que esta historia va a consistir de varias partes, unos capítulos serán escritos en carta, por la protagonista en el presente; y otros capítulos harán un salto en el pasado, para conocer bien la vida de la prota!! Puede que sea un poco lioso al principio pero poco a poco veréis que no  *_*
Normalmente iré alternando, un capítulo carta y otro capítulo vida pasada. Igualmente ya lo iréis viendo :))))
No os cuento máas!


Buenoo y que decir más... que me encantaría saber que os parece y me ayudaría mucho!!
¡¡¡Espero que os guste muchoo!!!!







CAPÍTULO 2- 
MOMENTOS DE ESPERANZA 
Parte I





Respiro profundamente. 
Un aroma a primavera avanza hasta mis fosas nasales provocando un pequeño cosquilleo que me hace estornudar. Una fragancia que parecía haberse desvanecido después de tanto tiempo. Dejo que llene mis pulmones, e inspiro lentamente para disfrutar del momento.

La arena esta compacta, fría. No puedo evitar sentir un fugaz escalofrío en todo el cuerpo cada vez que entro en contacto con ella. Mis dedos se hunden a cada paso, por lo que intento dar pequeños pero rápidos movimientos para avanzar.

A la vez que mis pies responden y cojo ritmo, me coloco la pequeña red con las capturas de hoy. Siento como mi hombro sufre cada vez que me  dispongo a ponérmelo bien. Después de varias horas de pesca estoy hecha polvo y el trayecto de vuelta tampoco ayuda mucho.
Me giro y veo como su corpulenta figura se dirige hacia mí. Derek camina torpemente detrás de mí. No puedo evitar fijarme como su mirada está clavada en un punto fijo del horizonte, a la vez que sus pies intentan seguir mi paso.

Tiene la frente llena de sudor y está completamente exhausto. Al ser más grande,  lleva una carga de peso tres mayor que la mía con lo que sus músculos están empezando a fallarle.

-¿Qué te parece si hacemos una pequeña parada para descansar?-exclamo con las últimas fuerzas que me quedan.

Instintivamente él deja su carga en el suelo y suelta un profundo suspiro.
Hago lo mismo y dejo los peces  cuidadosamente en la arena con la intención de descansar mi hombro derecho.  Estiro los brazos y los muevo tanto como puedo.
Noto como un cosquilleo surge desde la punta de mi dedo índice hasta la parte derecha de mi espalda. Bufo ante el gran alivio que siento y aprovecho el pequeño descanso para observar las heridas que me ha provocado las astillas que formaban el palo de la red. No son muy graves, por lo que no le doy mucha importancia.

-Pero sólo un ratito ¿vale?-dice con voz ronca pero sé que se alegra de parar.-Ya es tarde,  y seguro que Agnes nos estará esperando ansiosa.-

No me había percatado de ello pero el anochecer ha llegado antes de lo previsto. Me giro hacia la playa y me centro en el horizonte. Tonos anaranjados y rojizos nos nublan la vista haciendo que esa mezcla perfecta de colores capten nuestra atención.

-Anda ven aquí- oigo decir a unos metros delante de mí a Derek. Se ha sentado al borde de la orilla con las piernas estiradas.

Yo le hago caso y me acomodo como puedo a su lado. La arena me hace cosquillas cuando hago contacto con ella y no puedo evitar una pequeña risita. Dejo  nuestras capturas al lado derecho mientras que Derek saca un pedazo de pan de su mochila y lo reparte para ambos.

¡Para reponer fuerzas!- exclama con entusiasmo y ganas.

Yo le sonrío de oreja a oreja y le pego un buen bocado.

Se respira tranquilidad. Una pequeña brisa marina incide sobre nosotros acariciando nuestra piel delicadamente.
 La zona está completamente despejada.
 Se me hace extraño creer que las únicas personas que conocemos este precioso paraje seamos nosotros. Derek siempre dice que este cabo es muy minúsculo, por lo que El Capitolio seguramente no lo tendrá registrado. Hay tantos cabos en lo que forma la costa que según él es imposible tenerlos todos controlados. En cambio, no deja de estar al acecho siempre ya que las naves de los agentes de la paz siempre están vigilando.
Pero en una parte muy profunda de mi interior me alegra pensar que este pequeño lugar es nuestro gran secreto.

Tomo último pedazo de pan y me acerco hacia mi hermano que se está crujiendo poco a poco todos sus dedos.

-Derek, ¿qué crees que cocinará hoy Agnes?-le digo en voz alta mientras lo zarandeo débilmente intentando llamar su atención.

-Pues… con los pequeños cangrejos que hemos capturado hoy, espero que haga un plato en condiciones.-dice con tono cansado y bajo.

-¡Ójala!- exclamo al pensar en las talentosas manos de Agnes para cocinar y convertir las peores piezas de pescado o alimentos en auténticos manjares.
Me giro hacia él y contemplo como se coloca varios mechones dorados.

-¿Oye y cuando crees que podremos volver a pescar?-Pregunto sin pensar.

-Tendré que estar atento a los movimientos de los agentes de la paz, normalmente no suelen pasearse cerca del coberti…- su voz se corta, y pasan unos segundos hasta que se aclara la garganta nervioso y continúa- Cerca de allí- Concluye. Puedo notar como sus dedos se mueven mucho más rápido que antes y que su respiración se ha acelerado. Su mirada se ha oscurecido y está clavada en algún punto. Parece ido completamente fuera de sí, y eso me preocupa.

Creo que piensa que me he percatado de su nerviosismo, me observa con cautela y él  sigue hablando:

-¿Sabes a lo que te enfrentas viniendo aquí?-exclama acercándose todavía más hacia mí. Hasta que nuestros ojos se cruzan. –¡Sabes que podrían cogernos por estar aquí!¿matarnos incluso?- me dice subiendo de tono. Yo le miro con incredulidad, ¿a qué viene esto? ¿por qué me lo dice ahora? ¿cree que no lo sé?

-Yo sé bien a lo que me enfrento,  no te preocupes por mí.- le contesto seriamente intentando parecer fuerte.- Si no tuviéramos necesidad de pescar no estaríamos aquí, si no estuviéramos pasando hambre debido a la realidad que vivimos no estaríamos aquí, con que ahora no me digas que si no sé a lo que me enfrento.

-Realmente no sabes lo que son capaces de hacer- su respuesta hace que una parte de mí vuelva al pasado. Vuelva a recordar todo ese dolor que me hicieron vivir, las noches en vela acompañada de mis lágrimas, todo el sufrimiento que padecimos, … sé muy bien lo que pueden llegar a hacer.

-¿Te crees que fuiste sólo el único que le dolió? ¿Qué sólo tú entiendes lo que es capaz de hacer El Capitolio? Estás muy equivocado- Antes de acabar la frase, una gota se desliza por mi mejilla y cae a la arena. –Y si quieres que la próxima vez no venga contigo, no vendré. Pero gracias a mí tenemos todas las herramientas, porque tú no eres capaz de enfrentarte y entrar a buscar las herramientas y las cañas para pescar a ese cobertizo que nos tanto nos hizo sufrir, pero yo lo superé.

Todo el brillo en sus ojos se ha desvanecido por completo y sigue perplejo en un punto muy lejano. Puedo notar como todo su cuerpo tiempla. Como no obtengo respuesta, no puedo evitar parar de hablar.

-¿No entiendo como no puedes ser fuerte cuando se trata de esto? Sé la fortaleza que tienes, como has sabido sacarnos adelante… ¿Y una palabra te asusta? Tienes que superarlo, como todos lo hicimos, por lo menos intentarlo…-no me he dado cuenta pero he comenzado a subir la voz. Noto como se me forma un nudo en el estómago y las palabras se me cortan. Sin darme cuenta he comenzado a llorar fuertemente. Respiro profundamente como puedo,  intentando recomponerme.

Él se acerca hacia mí tan deprisa que me sorprende. Sus dedos me limpian las lágrimas delicadamente con ternura y sus brazos se enroscan a mi cuerpo provocando una gran ola de calor. 
Nos fundimos en un perfecto y cariñoso abrazo.

-No, no me afecta como antes. He encontrado la manera de hacerme fuerte. No lo he llegado a superar del todo, pero me hace tener esperanza.- me susurra al oído.

¿Así?- pregunto totalmente sorprendida.- ¿Cuál es tu manera?- pregunto con miedo a saber la respuesta.

Me coge y me gira hacia la playa.
-¿Ves?  Ves eso- me susurra Derek al oído a la vez que ejerce presión sobre mis mejillas. Yo asiento como puedo y me libero de sus manos. Frunzo el ceño, no debe haberme visto porque sigue hablando como si lo escuchara.


-Pues cuando estés en un momento de dolor o haya alguien que te lo haya provocado, piensa en esto…- dice a la vez que me vuelve a coger la cara entre sus manos.







¿Y bien? ¿Qué os ha parecido? ¿Os a gustado? ¿No?
Me ayudaría mucho saber vuestra opinión de verdad
Comentar que os pareció <3

Besooos y nos vemos prontoo 



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